Problemas Emocionales

El área afectivo-emocional es uno de los aspectos más importantes para el bienestar de las personas. Sin embargo, no siempre es fácil regular y manejar las emociones ni la manera en que las expresamos. Es necesario diferenciar los problemas o conflictos emocionales de los trastornos afectivos como por ejemplo la depresión o los trastornos de ansiedad.

Los problemas emocionales o la falla en la regulación emocional, a pesar de no ser un trastorno mental, puede llegar a provocar un gran malestar en las personas, afectando el comportamiento, las relaciones humanas y la percepción que los individuos poseen de sí mismos. Por lo que, para estas situaciones es necesario desarrollar y fortalecer la Inteligencia emocional.

La Inteligencia emocional son un conjunto de habilidades de procesamiento de la información emocional que son susceptibles de ser desarrolladas en cualquier momento de la vida. Se considera que las habilidades para identificar adecuadamente las emociones, tomar conciencia de ellas, comprenderlas y regularlas de forma adaptativa nos permiten el crecimiento emocional e intelectual.

“La Inteligencia emocional es la habilidad para manejar los sentimientos y emociones, discriminar entre ellos y utilizar estos conocimientos para dirigir los propios pensamientos y acciones”.
Mayer y Salovey, 1990

La Inteligencia emocional como competencia personal es la capacidad que todos tenemos para utilizar la sabiduría natural que aportan las emociones. Su entrenamiento y desarrollo nos hace más competentes en este tipo de inteligencia.

Las emociones están implicadas en todas las experiencias y vivencias humanas, por tanto la inteligencia emocional, que nos permite hacer un buen uso de ellas, será importante en todos los ámbitos de nuestra vida.

Como concepto la Inteligencia Emocional es seguramente uno de los constructos psicológicos más revolucionarios de nuestra época por todas las implicaciones que comporta tanto a nivel intrapersonal e interpersonal, como a nivel individual y social.

La Psicología es la ciencia de las emociones y los psicólogos somos expertos en emociones.

Siguiendo el modelo de Mayer y Salovey propongo el desarrollo en cuatro ámbitos fundamentales:

• La percepción emocional. Consiste en percibir, identificar, valorar y, finalmente, expresar las emociones. Es la capacidad que nos permite detectar el material emotivo subyacente que percibimos del entorno y en nosotros mismos, y también la capacidad para expresar nuestras emociones y sentimientos adecuadamente, al igual que para discernir entre expresiones emocionales que consideramos verdaderas de aquellas que no lo son.
• La facilitación emocional. Las emociones que hemos vivenciado se integran en nuestro sistema cognitivo, modificando e influyendo en la información que guarda nuestro cerebro. Estas emociones se “anclan” a determinados pensamientos, dándoles prioridad frente a otros sin tanta carga emotiva. Al sentirnos felices y sosegados, podemos observar nuestra vida con un prisma optimista, planteándonos proyectos apasionantes. En cambio, cuando nos sentimos tristes, podemos tener inclinación por pensamientos más catastróficos de nosotros mismos o de nuestro futuro.
• La comprensión emocional. Supone saber analizar y comprender las emociones tanto propias como ajenas. Esta habilidad, requiere una interpretación de las emociones vivenciadas y/o percibidas, pudiendo discriminar entre ellas y comprender aquellos sentimientos complejos que se pueden dar en determinadas situaciones.
• La regulación emocional. La regulación de las emociones es el fin último de la inteligencia emocional, proporcionándonos una adecuada gestión de los procesos emocionales. Esta habilidad nos permite tomar distancia de las emociones cuando nos perjudican en un momento concreto o, en cambio, atraerlas y utilizarlas cuando consideramos que el momento lo requiere o dicho contexto nos permite expresarlas. Tomar consciencia tanto de nuestro estado emocional como el de nuestro receptor, percibir la sintonía/desintonía de estados y secidir si sería efectivo comunicar nuestro mensaje en ese momento o no. Aquí está implícita la autorregulación emocional.

El tratamiento para el desarrollo de la Inteligencia Emocional consiste principalmente en técnicas de psicoeducación, roll-playing y regulación emocional. El paciente aprende sobre las funciones de las emociones, así como eliminar el mito de que las emociones son negativas. Es decir, mediante esta nueva perspectiva el paciente reconoce que cada emoción puede ser usada a su favor en los diversos ámbitos de su vida y mediante la regulación de los excesos o déficits emocionales es posible experimentar el bienestar. Todas las emociones como herramientas para la felicidad.

Actualmente es un gran peligro que cualquiera se atreva a hablar, hacer cursos, conferencias o talleres sobre Inteligencia emocional. Para trabajar con las emociones y en especial con la Inteligencia emocional hay que tener una buena base de formación en emociones y eso implica una buena base en Psicología, en procesos psicológicos, en personalidad, en psicopatología, en psicoterapia…

Es importante que las personas se aseguren de la fiabilidad de los formadores o terapeutas en los que depositan su confianza. Asegúrese que su psicoterapeuta está formado con acreditaciones oficiales y credenciales demostrables. El intrusismo profesional está cada vez más presente en éste y otros ámbitos de la Psicología.